Musica

Mi Abuela Josefa solía decir que para auyentar los malos pensamientos, la tristeza hay que cantar.

Cuando me siento que todo a mi al rededor se cierra y se pone oscuro, canto una vieja canción infantil , eso me trae de vuelta a la luz.

Cuando sientas que tu alma esta tan agobiada y triste, pide al Ángel de la Música que te ayuda a entonar canciones, para armonizar nuevamente tu espíritu.

Frase del Maestro Eckhart

Si la única oración que rezas en tu vida es “GRACIAS” con eso será suficiente.

Maestro Eckhart, místico del siglo XIII

Comprensión

A veces podes comprender todo aquello que nos pasa debemos hacerlo con el corazón abierto y no con la mente, ya que con ella analizamos todo muy fríamente, al abrir nuestro corazón podemos abarcar todos los aspectos y ver con mas sensibilidad.

Pedile a tu Ángel que te ayude a comprender con el corazón, esa situación por la que estás pasando y podrás ver nuevos puntos a tener en cuenta.

Arcángel Muriel

Nos ayuda a romper las barreras que nos impiden ser felices y sanar nuestro corazón.

Cuando logramos anular nuestras limitaciones internas y externas, con la ayuda de Muriel nos ponemos en contacto con los seres de la naturaleza, ejemplo elfos, devas y otros espíritus de la naturaleza por debajo de Muriel.

Para el desarrollo espiritual de la tierra, es importante que estemos en contacto con estos seres de la naturaleza, sus guardianes, las piedras preciosas, minerales, plantas influyen en la armonía de nuestro corazón.

Ya que a partir de ella fluye la energía del corazón de la tierra, con su energía curativa, paz y su vibración para fortalecer nuestras energías.

Estar en contacto con la naturaleza, en nuestro jardín, una plaza, todos los días nos ayuda al proceso de transformar nuestra alma, encontrar la paz interior que necesitamos  y guiarnos espiritualmente para sanar.

Texto de John Milton

Millones de criaturas espirituales

caminan sobre la Tierra sin ser vistas,

tanto cuando estamos despiertos,

como cando estamos dormidos.

John Milton, Paraíso Perdido, IV

Fe

La Fe descansa en la providencia, la deuda se apoya en la ignorancia en el temor.

Autor anónimo

Arcángel Raguel

Llego el momento de habitar el cuerpo físico.

La meditación y 50 cigarrillos no van de la mano, cuidar el cuerpo físico, es tan importante como el cuerpo espiritual, los excesos en las comidas, bebidas, nos dañan.

Es el momento de empezar a romper con todas esas adicciones con la ayuda del Arcángel Raguel, para llevar adelante ciertas actividades, escribir un libro con todas las experiencias propias, las ideas darán un gran cambio.

Es el momento de tomar la decisión de estar aquí y ahora.

Amor

A veces tenemos miedo de amor, porque no queremos que nos lastimen, en una relación amorosa, una amistad.

Nos encerramos y nos alejamos, si nos abrimos al amor, nuestro mundo personal cambiara.

El miedo se alejara, cuando encontramos a alguien que no amar, nuestro corazón y el suyo se conectan en uno solo, porque cerrarnos a esa experiencia, que nuestro ego, no nos impida amar, debemos abrir nuestro corazón por completo si queremos que nos abran el corazón.

Aventura

La gran aventura es la que vivimos cada día enfrentando nuestros miedos, enfrentar nuestro destino.

El pasado son nuestros recuerdos, el futuro es proyectar nuestros miedos y frustraciones.

La gran aventura es la que vivimos cada día acompañados por nuestro Ángel.

Relato del Papa Juan XXIII

“Cuando tenemos que hablar con una persona de difícil acceso para nuestras argumentaciones y con la que, por consiguiente nuestra conversación deberá tener un tono más persuasivo, recurrimos a nuestro Ángel Custodio. Le encomendamos el asunto. Le pedimos que  intervenga cerca del Ángel Custodio de la persona con la que tenemos que vernos. Una vez establecido el entendimiento entre los dos Ángeles, la conversación del Papa con su visitante es mucho más fácil.”

Este texto forma parte del discurso que el Papa Juan XXIII, pronunció en la Basílica de Santa María de los Ángeles, en Roma, el 9 de septiembre de 1962, en el que revela este secreto que le había confiado el Papa Pío XII cuando realizaba una misión apostólica en los Balcanes.